lunes, 21 de febrero de 2011

Animales en Peligro de Extinción: el Águila Imperial Ibérica

El Águila Imperial Ibérica (Aquila adalbert) es un águila cuya distribución se concentra en el arco occidental del mediterráneo. Hasta hace unos años se la consideraba una subespecie del Águila Imperial (Aquila Heliaca) pero recientes estudios de ADN han demostrado que ambas aves están sufientemente separadas para constituir dos especies distintas.
El tamaño medio de los adultos es de entre 78 y 83 cm de altura y 2,8 kg de peso, aunque las hembras suelen ser más grandes y algunos ejemplares llegan a los 3,5 kg. La envergadura de las alas varía entre los 1,8 y los 2,1 metros.
El plumaje es pardo muy oscuro en todo el cuerpo, excepto en la parte alta de las alas y los hombros que son de color blanco. La nuca es ligeramente más clara que el resto del cuerpo y la cola es algo más oscura. Los individuos que aún no son adultos son de un color pardo rojizo en todo el cuerpo y no desarrollan el plumaje adulto hasta los cinco años, que es cuando alcanzan la madurez sexual.

Su esperanza de vida en libertad es de 20 años, aunque se han documentado casos de ejemplares que han vivido 27 años en libertad y uno en cautividad que vivió hasta los 41 años.
Su distribución natural es la península ibérica y el norte de Marruecos, ocupando bosques de alcornoques y encinas que estén rodeados de praderas. A diferencia del Águila Imperial, el Águila Imperial Ibérica no emigra, permanece en su propio territorio de caza, de unas 2.000 hectáreas, durante todo el año.
La base de su alimentación son los conejos, aunque también se puede alimentar de liebres, palomas, cuervos, y en ocasiones roedores y zorros.
El Águila Imperial Ibérica es monógama, y su periodo de celo va de marzo a julio. La puesta es de 4 a 5 huevos, que incuban durante 43 días y sus nidos suelen estar situados en la copa de alcornoques o pinos. Los pollos abandonan el nido a los 70 días de nacer, pero se quedan en las inmediaciones y continúan siendo alimentados por sus padres hasta los cuatro meses.
En la actualidad esta especie se encuentra catalogada como Vulnerable. En 2004 habían censadas 194 parejas en España, lo que suponía una recuperación y que provocó que pasará de especie En Peligro a Vulnerable. Las principales amenzas que afronta esta especie son la mortalidad por efecto de venenos, electrocución en los tendidos eléctricos o persecución humana. Otros factores que dificultan su supervivencia son la escasez de conejos, su presa principal, y el deterioro de su habitat cada vez más fragmentado.

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