lunes, 23 de mayo de 2011

Maravillas vivas en peligro

Los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas más antiguos y biológicamente más diversos de la Tierra. A menudo llamados "bosques de lluvia de los océanos", originariamente emergieron hace más de 2.000 millones de años, si bien algunos tipos de corales que viven hoy día tienen 150 millones de años. Las algas marinas, en solitario o en compañía de muy diversos organismos (corales, esponjas, foraminíferos, briozoos, bivalvos), han construido enormes edificios rocosos de cientos de kilómetros cuadrados de extensión y centenares de metros de altura formando lo que conocemos como arrecifes. Estos hermosos hábitats albergan a una extraordinaria variedad de plantas y animales marinos - apenas 100.000 especies han sido nombradas y descritas hasta la fecha de entre un número estimado entre 500.000 y dos millones. Según su disposición, los arrecifes pueden ser de tres tipos: franjeantes, unidos a la línea de costa, con anchuras de uno a dos kilómetros; de barrera; con anchuras de dos a 15 kilómetros y separados de la costa por una albufera o lagoon; y atolones, de formas circulares sin relación con ninguna tierra emergida

¿Qué son los corales?

La unidad básica del coral es el pólipo, un cuerpo en forma de tubo con una boca rodeada de tentáculos que en su extremo inferior dispone de un disco basal que le sirve para adherirse al sustrato. La aparente consistencia rocosa o de piedra que presentan los corales se debe a la presencia de un esqueleto denominado coralite -formado de carbonato de calcio- que cubre toda la estructura del pólipo, con excepción de los extremos, donde se encuentran la boca y los tentáculos que les sirven para alimentarse o protegerse de posibles depredadores. Las aguas tropicales donde se desarrollan los arrecifes son cálidas, cristalinas y pobres en nutrientes. La ausencia de nutrientes ha forzado a los corales a ser muy efectivos en aprovechar las distintas formas de alimento presentes en el agua.

Fuente de riqueza

Los arrecifes de coral resultan vitales para las industrias de la pesca y del turismo de las islas y áreas costeras que benefician. Proporcionan un hábitat esencial para peces, brindan apoyo a especies amenazadas y en peligro, y albergan mamíferos marinos y tortugas protegidas. También constituyen una importante fuente de alimento para millones de habitantes en el mundo, además de ofrecer otros beneficios para los seres humanos, como el suministro de compuestos para productos farmacéuticos. Nuevos elementos obtenidos del coral podrían ser eficaces agentes antimicrobiales y antivirales para combatir enfermedades en el futuro.

Arrecifes en peligro de extinción

Los arrecifes de coral están siendo degradados por la actividad humana. La pesca excesiva, el desarrollo de las costas, los lixiviados (escurrimientos) de aguas residuales, fertilizantes y el sedimento proveniente de las tierras deforestadas cuando llueve son sus peores enemigos. Los expertos pronostican que a los arrecifes del mundo les quedan menos de cincuenta años de vida si no se toman las medidas oportunas.
Amenazas principales
Cambio climático
La respuesta de estos ecosistemas ante el cambio climático se conoce como blanqueado del coral. Cuando el coral se enfrenta a un extremo y prolongado estrés por el calentamiento de las aguas tropicales, expele las algas que viven en sus tejidos, perdiendo su color natural y apareciendo uno blancuzco. El coral muere al perder su elemento simbiótico (las algas de su tejido).
Aguas residulaes y corrientes procedentes de la agricultura
Estas aguas tratadas incorrectamente hacen daño al arrecife de coral al sobrecargar de nutrientes el delicado sistema. En el Caribe, por ejemplo, todos los días desembocan en la costa millones de litros de agua inadecuadamente tratada, además de desperdicios industriales.
Desarrollo desenfrenado e indiscriminada deforestación
Ambas prácticas destruyen el terreno, que se desliza a las aguas costeras con la lluvia. Esto hace que diminutas partículas de sedimento floten largo tiempo, bloqueando la luz solar que debe llegar a los corales y a los prados de algas, necesaria para que sobrevivan.
Sobrepesca
Esta actividad ha transformado arrecifes saludables en arrecifes cubiertos de algas. Algunos métodos de pesca, que incluso utilizan productos químicos, dañan directamente el hábitat crítico necesario para asegurar el futuro de la pesca.
Pesca submarina con arpón
Científicos marinos han documentado que esta práctica elimina selectivamente especies completas de la cadena alimenticia.
Anclas usadas y maniobras militares
Destruyen, en cuestión de segundos, siglos de crecimiento de coral e importantes hábitats de peces.
Nadadores y submarinistas descuidados
Visitan los arrecifes y causan daño al pararse sobre los corales o al tocarlos. Algunos incluso arrancan pedazos de coral o recogen esponjas o conchas para guardarlos como recuerdo, sin considerar en que son organismos vivos que acaban pudriéndose en la maleta.
Vertidos de petróleo
Los derrames de petróleo afectan a la tasa de crecimiento y a los sistemas de reproducción de los corales. Los dispersantes utilizados después de un vertido sólo aumentan la amenaza a los corales y pueden hasta matarlos.
Lanchas de motor
Conductores irresponsables de botes de motor pueden herir o perturbar especies en peligro de extinción, como las tortugas marinas y los manatíes que se alimentan en los poco profundos prados de hierba marina.
Basura
Es un problema creciente, tanto estético como ambiental, en áreas donde los seres humanos viven o visitan. Plásticos y demás basura flotando en el océano son confundidos con comida por las tortugas marinas y delfines, con fatales consecuencias.

La Gran Barrera de Coral

La mayor concentración de corales del mundo está situada en Queensland (Australia) y consta de 2.500 kilómetros de islas y de islotes paradisíacos, por lo que puede ser calificada como una de las más grandes maravillas del mundo. Este arrecife se compone de los esqueletos calcáreos de miles de millones de cuerpos políperos de coral depositados a lo largo de millones de años. Se pueden encontrar más de 400 especies de corales, distintos por sus tallas, formas y colores, donde habitan más de 1.500 especies de peces y de crustáceos. La Gran Barrera de Coral se encuentra rodeada por unas 900 islas, pero pocas pueden acoger visitantes y son el paraíso del buceo para la exploración de los fondos marinos.
Por otro lado, en México hay arrecifes coralinos en el océano Pacífico, el Golfo de México y en Yucatán. En esta última zona, el arrecife forma una barrera discontinua de alrededor de mil kilómetros de longitud, que se prolonga hasta Honduras y es considerada como la segunda más grande del mundo. También en Madagascar, Seychelles, Mar Rojo, Golfo Pérsico, Indonesia, Filipinas, Papúa-Nueva Guinea, Hawai y en las Islas del Pacífico Sur hay arrecifes.

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